domingo, 13 de diciembre de 2020

Diego Armando Maradona, el poeta argentino que soñaba con ser futbolista vive en Ecuador.



EGLN.- En el Km1 de la Vía a Quevedo, en Santo Domingo, a una cuadra del Parque de la Madre, se encuentra el local de revistas y libros "Diegol", ahí trabaja el poeta Diego Armando Maradona, camina con gran gallardía a pesar de su estatura y su cojera,  aunque él afirma que no es muy conocido en los círculos literarios del país, sí es conocido por su habilidad innata con el balón.

Diego Armando Maradona se siente y se sienta un poco triste en una banquita de su local, enciende un cigarrillo y cuenta con nostalgia:

"Al igual que Eduardo Galeano, de niño soñaba con ser futbolista, pero una caida de más de dos metros cuando estaban realizando un trabajo de alcantarillado en la Villa Florito, me desvió un tanto la columna y los médicos me diagnosticaron que caminaría así para toda la vida. Entonces seguí los pasos de Eduardo Galeano, dedicarme a la escritura, a diferencia que Galeano era muy malo para el fútbol cuando era niño, en cambio yo era muy bueno. Me hubiera gustado ser un futbolista profesional. Ahora me doy cuenta, en cambio, que yo no soy muy bueno como escritor. Cosas de la vida".

De todos modos, el Diegol es muy famoso como futbolista en el barrio Cristo Vive, desde le época en la que jugaba en Los Cebollitas cuando era niño, siempre le ha gustado jugar de delantero. Sus vecinos le muestran gran cariño y le compran sus libros y revistas, para ayudarle con las medicinas para el dolor de su enfermedad.

"Mi mayor ídolo en el fútbol ecuatoriano es Jaime Iván Kaviedes, una vez lo encontré por casualidad por el Parque de la Madre y enseguida fui a que me concediera un autógrafo en mi libro de poesía "La Mano de Dios", poemas sentidos, dedicados a Dios, por darme una segunda oportunidad de vida en Ecuador, luego de la terrible adicción a las drogas que sufrí luego de que los médicos me diagnosticaron esta enfermedad. El Nine Kaviedes, también sufrió una grave adicción a las drogas y cada vez que viene por Santo Domingo, le propongo crear un centro de rehabilitación contra las drogas aquí en Santo Domingo".




Diego Armando Maradona confesó que sintió un balonazo en las tripas el pasado 30 de octubre cuando cumplió los 60 años. "Si no hubiera cambiado de vida, a esta edad pienso que ya estaría muerto. Me alegro de dejar las drogas, aunque también me entristece no haber sido futbolista. No sé qué es peor, de todos modos, la vida sigue".

                                                     

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